domingo, 19 de octubre de 2014

Sin romance, nada bíblico.

Somos amigos, por encima de todo. Aunque, realmente tengamos sea lo que sea lo que tengamos. Pero antes que nada, amigos. Que adoras mis labios, lo sé. Y que te encanto, también.
Estas ganas que te tengo no son normales. ¿Es solo temporal? No creo, y es que cuando te me pones a 3 cm de mi cara, debo apartarme porque si no, no me controlo. Que me cojas y me tires en la arena. Que me agarres por la cintura y me busques. Ahora una mezcla de sentimientos que ni yo misma sé explicar, enamorada de ti estuve, y mi punto débil serás siempre. No sé si lo sigo estando, sé que siempre me removerás todo. Pero ahora mismo no siento querer llorar por ti, ni por las cosas que dijiste tipo cuántas veces te has acostado con tu lista de tías, o qué toma ella. Sé que soy mucho más importante para ti que muchas de esas guarras. Pero no vengo aquí a hablar de sentimientos. Esta vez no. Oh dios, no te me insinúes así, porque me rompes. Sin romance, nada bíblico, hagámonos sentir un poquito más feliz. Agresivo y salvaje, enfermizos incurables. ¿Volverlo a hacer? No me lo preguntes dos veces. Agarrarte fuerte y arañarte la espalda. ¿Diferenciar amor de eso? Ahora mismo sí que podría, como animales. Pero, ¿y si tu piensas que me harías más daño? No, seguro que si es solo eso, es solo eso. Perdamos el furor. Pero, ¿cómo se pide algo así? Por favor, que se haga la situación en la que pueda ocurrir. Como animales, prometo no sentir.

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